Y fue en ese momento, cuando la mire a los ojos sentí un escalofrío recorrer toda mi espalda. El brillo que tanto la caracterizaba ya no estaba, sus ojos se oscurecieron y su mirada fría como un tempano.
- Que soy?
Diciendo esto con un nudo en mi garganta sintiendo una molestia en el pecho. Cruce mis brazos encima de mi pecho en un vago intento para conseguir algo de calor, mis ojos ardían.
- Mi novia
Minimas palabras dichas con un vacio doloroso. Suspire y la observe.
- Que soy?
Volvi a preguntar, sentía la boca seca y me ardían los pulmones al respirar.
- No se, ¿Qué sos?
Mis ojos estaban clavados, fijos, en el suelo por un momento y luego la observe.
- Lo que vos quieras que yo sea.
El silencio se apodero del momento, el ambiente seguía denso… quería irme, quería dejar todo. Quería borrar el enojo que sentía, era como si un frasco de acido hubiese volcado en mi corazón, el malestar era insoportable.
Quería seguir llorando y sacarme todo lo que tenia dentro, pero…. ¿para que? Evidentemente cualquier cosa que pudiera decir ella me lo iba a retrucar.
Pensaba que todas las personas eramos muy muy distintas las unas de las otras, pero esta noche confirme que algo tenemos en común… y es la manera de hacernos daño
