¿Felicidad absoluta? Hace bastante se pensaba que existía pero… cada momento que se vive, cada instante en que bajas la guardia ante una seguridad inestable. Un fugaz viento desmoronaba ese castillo flotante. Y es cuando observas el cielo despejado y piensas que los problemas no existen, buscas una estrella fugaz que sea capaz de hacer realidad ese sueño de no volver a llorar de dolor ante palabras devastadoras y mortales. Un veneno que no mata tu cuerpo pero que si destruye parte de tu psiquis. “La persona que te valora no será capaz de hacerte llorar”. Cuantas veces podrás escuchar ese consuelo salir de las bocas de las amistadas… miles de ocasiones. Es entonces en el que te preguntas si esa frase realmente es verdadera o falsa. ¿El corazón sanara verdaderamente? Se cree que si, pero cuando cierras los ojos y escuchas o ves dentro de ti. Te enteras de que no es cien por ciento verdad. Esas heridas salen siempre de una forma u otra. Siempre esta levemente abierta por mas que lo neguemos por mas que suspiremos e intentemos que con el aliento se esparza. Las lágrimas enjuagan pero no borran, sonríes y lo tapas… ¿Puedes sonreír y fingir que no ocurre? Siempre buscas la manera de saber llevarlo, de mirar y mostrar desinterés… es el dolor de cabeza que a la larga te anuncia las cosas como son. Es como si la “ficha recién te cayera” y a veces el enfado te agarra de la mano fuertemente jalando a que digas indirectamente que no lo hagas y que lo hagas a su vez.
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